... hay otras razones pero ... Hay
muchas razones aunque no son grandes detalles, no creáis, pero éstos
tienen una fuerza enorme para mí. «el día en que la conocí fue a causa de una llamada de mi amiga Carolina. Me dijo que ella se acercaría al lugar en donde paraba habitualmente; que seguro que la veía y, dado el hecho, que no fuese tonto y la acompañase pues nada perdía por intentarlo. No
estoy seguro del cómo pero el caso es que me convenció. No
logré entender bien el porqué, pero poco después volví a recibir una
llamada suya para decirme que iba a ir YA, que no aguantaría que por
llegar tarde se quedase sin verla una vez más. Yo le dije que no estaba
listo aún, lo cual era verdad, pues no estaba ni duchado tan siquiera,
y que bueno que otra vez sería (por aquel entonces ya estaba resignado
a que otra vez significase nunca); pero ella "me volvió a liar".
Yo no podía ignorar su "orden" y así fue como hecho una
"piltrafa" salí de casa. Ella le llevaba unas cosillas que
había preparado en nombre de unos cuántos; nada, 4 tonterías y algún
que otro regalo personal. Yo le dije: adelante, al menos que la vea uno ¿no?
Cuando por fin llegué, mi amiga ya salía. Aproveché entonces
para deslizarle a la azafata que la acompañó hasta la puerta, una
bombonera que le había comprado: Bueno pues en ese breve flash, antes de salir corriendo, le dio tiempo a verme (yo me había quedado en un 5º plano por supuesto), reconocerme en una foto minúscula que se suponía si había visto había sido unos breves segundos y decirle a mi amiga: ¡¡¡¡Ya lo HE VISTO!!!! La
verdad, no me lo creía cuando me lo contó. En la puerta esperando había unos críos de unos 11 ó 12 años (y eso que eran ya las 10 de la noche pasadas e invierno), con cara de decepcionados por haberla visto entrar a la carrera tan sólo. Maria Palau (me acordaré de ese nombre toda la vida), que era la líder: Palau de Palacio, acuérdate; me diría después, cuando por si tenían que marchar antes de que saliese Vero me encargó le dijese: "que Vero era su fan número 1", y Tania, Raquel y Guillermo. Nos contaron que llevaban en la zona desde las 4.30 de la tarde. Les acompañaba el padre de una de ellas que les esperaba pacientemente en el coche. El buen hombre además les servía de enlace móvil por si había indicios de movimiento en el otro lado. Y bueno nosotros empezamos a darnos importancia: jajajaj que si la conocíamos, que si éramos de su Club, que si hablábamos con ella a menudo. Yo les dije que era de Elche, que era amigo suyo personal y había venido a verla, jajajaj. Y bueno les convencimos para que cuando saliese Vero no se le tirarán gritando encima para que les firmase porque lo único que lograrían era que saliese corriendo igual que había entrado, y se quedarían sin nada (y nosotros con ellos por supuesto). Les dije que yo hablaría con ella, que como era su amigo le pediría les firmará lo que quisiesen (fotos, autógrafos) y como era muy buena y nada estrella pues seguro así lo hacía. Maria
Palau desconfiaba. Me dijo: ya claro, tú ni la conoces y lo que quieres es tenerla sólo para ti. Por
supuesto, yo ni la conocía claro, no la había visto en mi vida, ¡que
mi amiga al menos la había visto ya una vez!, pero el ambiente con
los críos, y por eso la importancia que les doy en este relato, Y
al fin salió. Iba acompañado de Geno y Juan. Estabamos a unos 10 m.,
pero me vio y avanzó directamente hacia mí (y yo hacia ella). Nuestros
ojos quedaron impresionados en los del otro. Nos dimos 2 besos francos,
como de amigos que se reencuentran. Entonces
fue cuando le pregunte: Fue
un breve instante pero lo recuerdo tan vívidamente... Entonces
recordé a los críos y le dije a Verónica: oye mira si no te
importa les puedes firmar y que se hagan una foto contigo porque llevan
muchas horas aquí. Me contestó: CLARO,
LO QUE TÚ QUIERAS. Como si en verdad nos conociéramos de toda la vida.
Aquello sobre lo yo me había permitido fantasmear, porque sabía que
en verdad iba, si tenía ocasión de decírselo, a cumplir la fantasmada que les había prometido a esos niños. Yo le iba hablando entre medias. Le dije que íbamos a ir a Elche a verla actuar y me contestó como muy sorprendida: ¿vais a venir por mí? Le
di recuerdos de Clara, la Secre del Club; y de su prima y su tía Cristina
(esto era verdad). Le cambió la mirada, se le enturbiaron los ojillos
y casi con una lágrima a flor de piel dijo como ensimismada suspirando:
MI TÍA CRISTINA... De
repente, les encaro y dijo: Y
me agarró del brazo bien fuerte, junto su mejilla y ¡flash! Entonces
me dijo:Estoy deseando llegar para comerme uno de esos bombones
que me has regalado”. Yo es que alucinaba, ¡si había tardado
como mucho un par de minutos en salir!, ¡y yo le había entregado el
paquete a una azafata!, y en el ínterin ¡no sólo había tenido tiempo
sino el deseo, lo que es más importante claro, de ver el paquete y
desenvolverlo para saber que había dentro! De
regreso, Geno y Juan entraron raudos sin detenerse ante la gente que
se empezaba a agolpar de nuevo. Ella no. Se quedó en la puerta, consiguiendo
calmar a la gente con su actitud tranquila, sonriendo, firmando alguna
foto, charlando apaciblemente y de repente se alzó una voz que anunció:
Va a cantar. Silencio. Esta
historia es el relato íntimo de lo que significa Verónica. ...
y sus ojos quedaron impresionados en mi retina para siempre ...
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