El skeleton es el deporte sobre hielo más antiguo que existe y tiene su origen en St. Moritz (Suiza).

Los practicantes de este deporte de invierno deben ser de los más "locos" al menos a priori. Antes de la línea de salida, los deportistas tienen 50 metros para coger impulso y alcanzar máxima velocidad. Después, se lanzan por un tobogan, como en el Bobsleigh, a velocidades de vértigo (se alcanzan los 145 km/h), pero sobre un trineo (de fibra de vidrio y de un peso máximo de 30 kg), boca abajo (o sea viendo el trazado que casi se les viene encima) durante aproximadamente 60 segundos, a sólo unos centímetros de la pista de hielo, adoptando la posición más aerodinámica posible y compensando los pesos en las curvas para aumentar la velocidad y no caerse.

Las competiciones de skeleton se disputan a dos manga [el cronometraje se aproxima hasta la centésima]. Ambas series se realizan el mismo día y el resultado final viene determinado por la suma de los tiempos. Si se produce un empate en el tiempo, los competidores quedan clasificados en la misma posición.

El skeleton masculino ha tenido un sinuoso camino en el olimpismo pese a que debutó en 1928, en los juegos de St. Moritz y se volvió a disputar en los Juegos de 1948, también disputados en la localidad suiza, pero tras desaparecer del programa olímpico no reapareció en el programa del COI hasta los JJ.OO. de Salt Lake City en 2002, en los que se disputaron prueba masculina y femenina