Árbitro: Medina Cantalejo. Auxiliares: Victoriano Giráldez Carrasco y Pedro Hernandez (España)
Tarjetas amarillas: Grella, Cahill, Wilkshire (Australia); Grosso, Gattuso, Zambrotta (Italia)
Tarjeta roja: Materazzi (Italia)

Gol: Totti, 50 min.

ITALIA Buffon; Zambrotta, Cannavaro, Materazzi, Grosso; Pirlo, Gattuso, Perrotta, Del Piero (Totti); Gilardino (Iaquinta), Luca Toni (Barzagli). Seleccionador: Marcello Lippi AUSTRALIA Schwarzer; Neill, Moore, Chipperfield, Grella; Culina, Sterjovski (Aloisi), Bresciano; Cahill, Wilkshire; Viduka. Seleccionador: Guus Hiddink

 

En la Edad Media eran comunes estos "juicios de Dios" que consistían en pruebas
que comúnmente estaban relacionadas con el fuego
[tales como sujetar hierros candentes o introducir las manos en una hoguera].

Si alguien sobrevivía o salía poco dañado se entendía que Dios lo consideraba inocente
y no debía recibir castigo alguno.

No va en detrimento del equipo "Aussie", que hizo un magnífico partido,
con un planteamiento valiente de Guus Hiddink, que incorporó a un hombre de talante ofensivo
como Marco Bresciano para suplir la baja del jugadorazo del Liverpool Harry Kewell
en lugar de atrincherarse en un planteamiento más defensivo en busca desde inicio
de lo que estuvo a punto de lograr: la prórroga
pero sí va en el debe de
MEDINA CANTALEJO
que llevado de su afán protagonista estuvo a punto de cargarse el partido.

El día anterior le llovieron críticas de todos lados al ruso Ivanov
por "haberle tocado arbitrar" el Holanda-Portugal.
A éste le complicaron la vida los jugadores con su comportamiento antideportivo.

Y es que Medina castigó, después de más 2 meses, el codazo de Marco Materazzi
a Juan Pablo Sorín en el cuarto de final de la presente edición de la Champions
(expulsión con sanción ejemplar reclamada por todos los medios de comunicación españoles
y que por tanto resonó demasiado).
Penalizó la fama de duro del defensa azzurro y no la falta en sí


Mi juicio (que es sólo eso MI JUICIO porque no soy dogmático)
que podría tratarse de una forma de ver las cosas distinta
viene reforzado por el afán autoritario de "callar" protestas -no desorbitadas- a base de tarjetas
y que le estuvieron a punto de costar caro si se hubiese llegado a la prórroga.
Es decir, el árbitro español se basta para complicarse la vida solito.
No voy a caer en el error de apelar a su historial por cierto y me quedo en juzgar este partido.

Tampoco pienso que vaya a coincidir con la opinión mayoritaria
que recurrirá al manido comentario de Italia gana injustamente de penalty (dudoso o inexistente)
en el último segundo.

En la primera parte, Italia dispusó de media docena de
ocasiones meridianas (cuando pudo jugar con 2 puntas natos),
de esas que si las tiene España y pierde se está apelando a la mala suerte "media vida".

o la consideración de que jugadores como Gattuso o Zambrotta no tienen galones,
cuando son vitales en el equilibrio de su escuadra

entre otras colecciones de tópicos a los que recurrir,
seguro que hay quien apela a que Buffon fue milagroso también esta vez;
en lugar de analizar que con 10 hombres en el minuto 93 de partido
un lateral (¿les suena?) esta vez izquierdo:

FABIO GROSSO se marca una jugada magistral
con dos recortes incluídos para forzar un penalty (ingenuo si se quiere pero penalty)

Después, el juicio divino [en las botas de Francesco Totti],
"total no tenía importancia alguna quien lanzase tan trascendental castigo pues Dios dictaminaría"
les dio la clasificación

Por eso PONGO LAS MANOS EN EL FUEGO por Italia sin miedo a quemarme,
como sí hice, por ejemplo, cuando confiaba en que España le marcase un 2º gol a Arabia Saudí
SIN SIQUIERA NECESITARLO IMPERIOSAMENTE...

QUIERA DIOS TAMBIÉN [o Julito Salinas] que esperemos al ganador del Brasil-Ghana en cuartos