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En la competición de saltos de trampolín no gana el esquiador que más salta. Esto es así porque cinco jueces dan una nota que evalúa el estilo en el vuelo y en el aterrizaje: el momento culminante del salto, y en el cual los saltadores adoptan una posición que es conocida con el nombre de telemark -con un rodilla por delante y estabilizándose con los brazos-. La nota de estilo se suma a la traslación de la distancia alcanzada en una puntuación. Por ello, no se habla en términos de metros sino de puntos. Durante el vuelo los esquiadores adoptan una forma de V, con los esquíes abiertos, el cuerpo echado hacia adelante y los brazos pegados al cuerpo. En el programa olímpico tan sólo se disputan en categoría masculina. Los grandes dominadores de esta especialidad son los finlandeses (con Matti Nykaenen como abanderado) aunque destacan también Alemania, Austria o Japón. |
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Las competiciones de saltos, que entraron en el programa olímpico en los JJ.OO. de 1924 disputados en Chamonix, se disputan actualmente en tres modalidades:
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