Joan Manuel SERRAT
Esos locos bajitos

A menudo los hijos se nos parecen,

así nos dan la primera satisfacción;

ésos que se menean con esos gestos,

echando mano a cuanto hay a su alrededor.

Esos locos bajitos que se incorporan

con los ojos abiertos de par en par,

sin respeto al horario ni a las costumbres

y a los que, por su bien, hay que domesticar.

Niño deja, ya de joder con la pelota.

Eso no se hace,

eso no se dice,

eso no se toca.

Cargan con nuestros dioses y nuestro idioma,

nuestros rencores y nuestro porvenir.

Por eso nos parece que son de goma

y que les bastan nuestros cuentos para dormir.

Nos empeñamos en dirigir sus vidas

sin saber el oficio y sin vocación.

Les vamos transmitiendo nuestras frustraciones

con la leche templada y en cada canción.


Nada ni nadie puede impedir que sufran,

que las agujas avancen en el reloj,

que decidan por ellos que se equivoquen,

que crezcan y que un día nos digan adiós.